dimarts, 6 de febrer del 2024

VERNISSAGE SENTIMENTAL 2

Las obras completas de un tonto no se venden a no ser que quien lo quiera comprar sea más tonto todavía. 

Me encanta la palabra vernissage, es una palabra color verde blando, óleo, resina, tabaco y whisky. Me encanto mi vernissage tan lleno de caras amigas y labios pintados de azul envidia, tú no estabas presente, pues aún no te conocía y a pesar de todo estabas en cada una de las telas. La perfecta comunión artista-obra es la total entrega del creador hacia su ideal modelo, aunque este exista  solo en oscuros rincones de su memoria. 

Aurelia tenía una constante intención en traer sus memorias soñadas o vividas en la conversación  con sus dialogantes en la plaza de Chaillot y allí en los jardines del Trocadero aquella noche de Navidad caí en medio del fango ante la mirada de 50 compradores de carne y sexo, estuve a punto de perder mi Dupont, un zapato y mi honra.

El primo de Mina con sus paredes y suelos llenos de plata de las indias y dientes de tiburón me hizo pasar al baño, teñido de marrones y  nephrolepis, no estaba cómodo allí, me curó con alcohol mi reciente herida en el tobillo, muy belle époque, me subí el pantalón y nada, mi pantorrilla no tuvo el éxito que hubiese deseado y allí se quedó la plata de las indias, la lenta y monótona voz de Mina y su primo de pelo sucio y voz en off.





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