Yo quiero ser Capucine en el salón, Magnani en el arrabal, Marilyn en el plató, Brigitte en la moqueta y más que nada María Goretti en Notre Dame. Dibujo picassiano rudimentario de Ducha sex Floppy Floppy. ¡Repeticiones repetidas de ducha sex benefician mi relax espiritual, aun careciendo de la sorpresa de la fuerte impresión del primer día Oh! ¡Oh! ¡Oh! Ahora he logrado una eyaculación en apenas contados segundos de fuerza impulsora sobre el glande abierto y sosteniéndome con mis brazos a las paredes que protegen la ducha, hoy además tenía detrás de mí la mirada de un camarada observándome en aquella extraña posición, esto hizo impulsar mi sensualidad aún más, si cabe. Adiós, querida Kitty. Malos vientos soplan en la pradera nevada de Miguel Hernández. ¿Cómo lograr improvisar un buen dibujo en apenas tres días? Lo veo muy difícil, pero he de sacar tiempo de donde sea y acabar otra tarea impuesta a mi personalidad creadora. ¡Joan! ¡Joan! ¡Joan! Manchas azules sobre un grito desgarrado impresionan mi retina y aceleran mi ‘ni tú’ ‘ni su’, solo el ‘mi’ posesivo, objeto ad-hoc narcisista y Pink Floyd en el casete.
Vacío, vacío, vacío, vacío, vacío, vacío, vacío, vacío, vacío, vacío, vacío, vacío, vacío, vacío, vacío.
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